No os acostumbréis, no creo que escriba muchos otros títulos de entrada en inglés, pero como esto sólo pasa una vez al año, la ocasión lo merece. Esta noche es la noche, la noche en la que los sueños se hacen realidad, en la que las estrellas del firmamento se dan un paseo por la tierra, en la que en Barcelona, unos valientes se van a reunir para celebrar la victoria de DiCaprio con el Oscar en mano...esta noche es la noche dorada (si, eso significa el título de la entrada). He estado cumpliendo una promesa que me puse al poco de empezar el blog, y espero que sea una buena señal. Semana tras semana he comentado las categorías que me parecía que tenían más jugo y de las que más opinión se podía sacar -al menos yo- dejaré el listado a continuación. Hoy toca la categoría madre, tanto en importancia como en cantidad, puesto que son 8 las nominadas a mejor película del año. Caminando hacia la historia, una de ellas pasará a los anales del cine.

"Un poco de amistad, no ha matado a nadie" reza la película

Estoy sorprendido, en shock, anonadado y cualquier otra palabra que se os ocurra, pero primero quería agradecer la buena acogida que tuvo mi entrada anterior sobre Regresión (2015). Gracias por pasaros ese ratito del día a leerme, al fin y al cabo es lo que se busca al escribir, que te lean, quien diga lo contrario miente. En segundo lugar y cómo soy un animal de costumbres -todos lo somos- voy a seguir abusando de vuestra buena voluntad para escribir otra crítica con emoción. He visto unas cuantas películas en los últimos días, que al fin y al cabo es lo que me gusta, pero de entre todas ellas quería escribir acerca de Yo, él y Raquel. Mientras el mundo enloquece con los Oscar, Leo DiCaprio y el éxito de Deadpool (y si, he visto Deadpool), yo hablo de esta película, soy así de original.

En la vida siempre hay que inaugurar etapas y cerrar otras. Se toman decisiones que nos conducen de una situación en la que estábamos estancados, a situaciones nuevas. Y cuando estamos en el camino correcto, suele pasar que pasito a pasito nos vamos acercando a aquello que queremos. Toda esta palabrería motivacional es sólo para justificar que hoy inauguro una sección nueva en el blog: críticas con emoción. ¿Que siginifica esto? En vez de hacer la típica crítica que ya he hecho en miles de ocasiones (vale, puede que no tantas) sobre la calidad de una película, en este caso, daré mi opinión basándome en los sentimientos que me ha despertado el visionado de la misma. A veces es más útil una percepción, que tanto tecnicismo o adjetivo gratuito. Empiezo con Regresión (2015), la última del director español Alejandro Aménabar. Puede que no parezca el mejor ejemplo de película con emoción, pero conforme vayáis leyendo veréis porqué.

I'll be back, y volví. Sigo cumpliendo promesas, estoy que me salgo. En realidad he echado de menos escribir. Es curioso porque a pesar de que me lo he tomado como una responsabilidad, me gusta lo que hago y digo aquí;imagino que así es como funciona trabajar en algo que te encanta. Tengo que decir que no tenía muy claro el tema sobre el que escribir, es decir, quiero hablar de muchas cosas pero no tenía clara de cuál. Dado que estoy en racha con las promesas, seguiré cumpliendo y continuaré con el tema que inicié en la entrada anterior -que podéis leer aquí-; las actrices de reparto nominadas al Oscar este año, que se me echa el tiempo encima. Dicho esto, y cambiando de tema antes de entrar al trapo, os animo a que juguéis a este juego: redcarpetrampage.com, es de lo más divertido a la par que adictivo que he jugado en tiempo, a costa de Leonardo DiCaprio.

Dos de los nominados en esta categoría, Tom Hardy como Bane y Christian Bale como Batman

La vida está llena de caras que nos marcan, personas que aparecen en un momento determinado, y a veces hasta tienen más importancia que personas que llevan años en nuestra vida. No, no me he equivocado de blog ni de texto, no estoy hablando de El mundo amarillo de Albert Espinosa (libro que me gustó, por cierto); me refiero a es@s etern@s secundari@s, o mejor dicho, a los actores y actrices de reparto, que suena mejor. También tienen derecho a llevarse esa estatuilla. Y de hecho, este año se presenta bastante interesante. Cómo sigo cumpliendo promesas -a más de un@ le sorprendería- aquí estoy un día más con mi entrada semanal de los Oscar Anteriormente hablé del mejor actor., la mejor actriz  y el director. Esta semana sólo habrá una entrada, por motivos puramente personales; necesito unas vacaciones y voy a desconectar unos días. Pero le he pillado cariño a eso de escribir y no quiero perder la costumbre, que las buenas se olvidan rápido. Sin más preámbulos, que esto parece Antena 3, paso a comentar a los futuros afortunados.

Una promesa es una promesa. Aquí estamos una vez más, y además voy a necesitar tratamiento. Tratamiento porqué acabo de ver Spectre (Sam Mendes, 2015), la última película de la saga de 007, y sinceramente aún me pregunto porqué. No sé que ha pasado, hacía tiempo que no veía tal despropósito, con lo bien que íbamos con Skyfall (Sam Mendes, 2012)...en fin, que no, que no es una entrada sobre esto, pero es que voy a necesitar olvidar lo que he visto, porqué así no se puede vivir. Cómo decía, una promesa es una promesa y en mi última entrada que podéis leer aquí, hablé orgullosísimo de mi visita al Salón del Cine de Barcelona, pues en esta ocasión toca hablar de mujeres. Si, no suelo escribir sobre mujeres, pero por lo menos una vez al año, me gusta dedicarles una entrada a las mujeres de nuestra vida, en este caso, cinematográfica. Porqué ellas también ganan premios, y porqué no todo va a ser Leonardo DiCaprio. A propósito de las nominadas.

Estoy decepcionado. Han tenido que pasar años y salones del Cómic (¡¡¡y del Manga!!!) antes de que se animen a realizar un salón del cine en una ciudad tan moderna y afín al séptimo arte cómo es Barcelona. Me parece vergonzoso que no haya habido una idea previa a esta en años. Y más concretamente no en la Ciudad Condal, sino en esa ciudad que está al lado y se llama Hospitalet, que también existe. Algo tan mainstream y a lo que tiene acceso tanta gente cómo es el cine, y sin embargo estábamos huérfanos, sin un salón en condiciones para reunirnos y deleitarnos los aficionados a este mundillo. Sea como fuere, a alguien se le iluminó la bombilla y hemos tenido la fortuna de disfrutarlo, y yo de ir, que además me pillaba al lado de casa. Si es que me quejo porque quiero. Por suerte quiero compartirlo con vosotros. ¿Entráis conmigo?