Narcos: la realidad supera a la ficción
Cartel de Narcos en el centro de Madrid |
Aprovechando que mañana es Navidad, y que justamente haciendo referencia a esta fecha, hubo polémica en Madrid a raíz de uno de los carteles publicitarios de Narcos que se encontraban en el centro de la ciudad. A ver qué os parece. Y sí, yo también voy a escribir acerca de esta serie. En dos días y medio me ventilé la segunda temporada de la serie de Netflix Narcos, basada en la vida y "milagros" del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, un claro ejemplo del si quieres puedes. La verdad es que la cadena de televisión de pago se ha lucido este año, entre series como Stranger Things (que si no has visto, yo te doy cinco motivos para hacerlo) y la presente Narcos. Esta serie en cuestión tiene varios debates que extraer, pero yo me quería centrar en uno a tenor de la repercusión que ha tenido, y sobretodo a raíz de un publicación en Facebook del propio hijo de Escobar, donde mencionaba unos 28 errores históricos en los que incurre la serie de ficción. Así que, ¿cuándo una película o serie, basada en algo sucedido realmente, debe saltarse los límites de lo verosímil para hacerlo dramáticamente ficción?
No soy nadie para justificar que los guionistas de productos de entretenimiento se inventen o manipulen la historia a su antojo. A lo largo de todos estos años de industria cinematográfica se han hecho miles de obras "basadas en hechos reales" que se han tomado las oportunas licencias artísticas para hacer algunas historias un poco más comerciales o vendibles. Es cierto que la vida de Pablo Escobar, todo un icono, tampoco necesitaba demasiada exageración o añadidos para hacerla atractiva al gran público. De hecho, Narcos se ha convertido en uno de los iconos de Netflix este año, precisamente por el tremendo éxito que ha tenido, a pesar de las críticas por algunas decisiones de la producción, como contratar a Wagner Moura -brasileño- para interpretar a Escobar, que era colombiano como he comentado.
Desde luego las quejas del hijo de Escobar, también son fundadas obviamente. Está claro que tiene derecho y probablemente tenga razón, al quejarse acerca de algunas de las representaciones de momentos de la vida de su padre, y de que no sean del todo fidedignas. O sea, las quejas son legítimas básicamente porque él ha vivido eso, lo vivió de pequeño y sabrá mejor que los propios guionistas, por muchas fuentes que tengan y por muchos asesores que hayan ayudado a documentar toda la trama, cómo fueron las cosas realmente.
Con lo que no cuenta Juan Pablo Escobar (nombre del hijo) es que lo que ha emitido Netflix en dos temporadas acerca de la vida de su padre, es ficción. Es evidente que lo que ha vendido mejor a la serie es la historia de Escobar y que supuestamente es bastante fidedigna a lo sucedido, pero no deja de ser una "adaptación" de lo que pasó en aquellos años y de lo que vivieron los protagonistas reales de la historia que aquí se representa. Tengo entendido según lo que he leído, que los agentes de la DEA que participaron en la búsqueda de Pablo Escobar, colaboraron como asesores en la serie Narcos, así que algo de verosimilitud habrá en lo que se cuenta, no todo será inventado. Básicamente es desde una óptica, claro, toda la trama delictiva me imagino yo que correrá a cargo de testimonios reales de la época y mucho de leyenda urbana, que la historia de Escobar ha sido muy dada a ello.
Steven Murphy y Javier Peña, los dos agentes de la DEA que ayudaron a capturar a Pablo Escobar, interpretados por Boyd Holbrook y Pedro Pascal respectivamente |
No hay que quitarle razón a Juan Pablo Escobar cuando se queja de los errores históricos cometidos en Narcos, pero al empezar cada capítulo, sale el clásico mensaje de advertencia, recordando básicamente algo muy importante: los hechos narrados se han adaptado según las necesidades dramáticas de la historia. Estoy convencido de que cuando un espectador escoge Narcos para pasar un rato de entretenimiento en su tiempo libre, no la escoge precisamente por ser un fiel retrato documental de la vida y muerte de Pablo Escobar, la escogerá porque lo que quiere es ver una serie de calidad y con una trama interesante. Si hay una base histórica que la hace aún más atrayente para el gran público, porque los hechos reales venden mucho más, mejor para el espectador, que además tendrá algo que buscar por internet o documentarse una vez haya acabado el visionado.
El lado positivo es que gracias a Narcos, por ejemplo, se ha reanimado el interés por el personaje y su vida. Hay, de hecho, otra serie de televisión colombiana casi contemporánea, El patrón del mal (2012) que ya ayudó en su país a resucitar un poco el interés por esta figura colombiana. Y ahora, por obra y gracia de Netflix con Narcos, ha sido a nivel mundial que Pablo Escobar ha vuelto a convertirse en objeto de debate y de actualidad.
Hay que remarcar una cosa del cine o de las series en este caso, y es que estamos hablando de ficción. Desde el momento en que se adapta una historia real a una obra de ficción, pasada por el tamiz de unos guionistas, directores y actores, cuando no son los productores, que interpretan la historia real, la verdadera, a su manera y a las necesidades del público actual, deja de ser un calco de lo que pasó, básicamente porque es imposible, la historia sucede una vez. Se puede recrear, conseguir la atmósfera, basarse en los escritos y/o testimonios de las fuentes más fiables posibles, pero no estuvieron allí, no vivieron lo que pasó, por tanto, por muy fiel que se intente ser o por muy buenas que sean las fuentes que ayuden a representar en una obra visual lo sucedido, nunca será igual a la realidad.
Pablo Escobar real a la izquierda, Wagner Moura caracterizado a la derecha |
Por eso, las quejas como la de Juan Pablo Escobar por la manera en la que es representado tanto su padre como lo que hizo, no las termino de entender. Está claro que puede tener razón cuando reclama veracidad, pero ¿qué sentido tiene pedir veracidad a una serie de ficción? Hay personajes inventados y tramas resumidas e inventadas, no es idéntico a lo que sucedió, pero sí se retrata de una manera respetuosa y bastante interesante el personaje que fue Pablo Escobar. La interpretación de Wagner Moura ayuda a ello, y aunque los parecidos físicos son más bien escasos a pesar de la caracterización, sí que desprende un magnetismo y se ve algo de lo que fue Escobar para el pueblo colombiano, y lo que representó.
Las decisiones como doblar al inglés a parte de los actores colombianos, pues son respetables. La serie está producida por una cadena norteamericana que busca llegar a su público, así que ya es una rara avis que gran parte de los actores no se hayan doblado y se haya mantenido su idioma original en la serie. Habría que empezar a valorar las cosas buenas que tiene la serie, que no son pocas, como mostrar Colombia de una manera tan cercana, salvaje, como nunca se había hecho hasta ahora en una producción de este tipo. Sólo por los paisajes de ese país, merece la pena la serie. Nunca llueve a gusto de todos, y todas las reivindicaciones son entendibles, más aún si tocan de cerca por razones obvias como estas 28 quejas acerca de las cosas que se cuentan en la serie. Pero más allá de eso, hay que entender que no es más que un producto comercial de entretenimiento que busca vender cuanto más mejor, así que si está hecho con un mínimo de calidad y de interés, al menos para mí como espectador que disfruta de la obra, ya es suficiente.
XOXO SoldieRyan
PD: habrá tercera temporada, y saldrá Javier Cámara
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