Cineterapia: Primera parte
Fotograma de la película Patch Adams (1998), cine terapéutico basado en una historia real |
Muchas veces te habrás preguntado, por qué cuando terminas de ver una película te sientes de una determinada manera; por qué algunas te hacen llorar, sonreír, te indignan o bien te hacen reflexionar. La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que el cine, esas imágenes en movimiento acompañadas de sonido (o no), te emociona. Te emociona porque son capaces de conectar con alguna parte de ti que ni siquiera eres consciente de que tienes, pero está ahí, en tu interior, y el mensaje que transmite esa película, conecta directamente contigo y hace aflorar emociones. La rutina del día a día nos hace vivir anestesiados emocionalmente muchas veces, y no es una tontería que precisamente las enfermedades mentales, ya son el gran problema de salud del siglo XXI.
¿Y si te dijera, que gracias al poder del cine como arte, como medio de expresión para transmitir ideas, emociones o mensajes, es posible hacer terapia?
No todas las terapias que existen se basan en el método clásico. Hay desde risoterapia (basada en la risa), musicoterapia (como su nombre indica, basada en la música) y por supuesto cineterapia.
La cineterapia es justo lo que su nombre indica: tratar o complementar el tratamiento de un problema emocional o mental, con una terapia basada en películas. Dado que en esta página pretendo transmitir la idea de la estrecha relación que hay entre cine y emoción, me pareció un tema perfecto. Puede resultar sencillo, pero evidentemente no lo es, puesto que hay que saber qué películas escoger, en qué orden, y esto debe hacerlo un especialista.
Personalmente me parece una manera maravillosa de poder hacer una terapia. Busqué información, y aunque no es algo generalizado -probablemente a muchos lectores les suene a chino- encontré información y por suerte, topé con especialistas en la materia que se dignaron a contestar mis preguntas. Debo reconocer que el resultado fue mejor de lo esperado, teniendo en cuenta que son profesionales y que su tiempo es valioso, me siento orgulloso de haber logrado escribir esta entrada contando con sus opiniones.
Es por este motivo que he decidido dividirlo en distintas partes. En la primera (esta), publicaré las primeras entrevistas, y en la segunda y última parte, las opiniones restantes y una pequeña reflexión personal.
Las respuestas están en el mismo orden en el que aparecen los profesionales a continuación, y he facilitado los enlaces a sus páginas para quien quiera consultar o contactar con ellos directamente.
Es por este motivo que he decidido dividirlo en distintas partes. En la primera (esta), publicaré las primeras entrevistas, y en la segunda y última parte, las opiniones restantes y una pequeña reflexión personal.
Las respuestas están en el mismo orden en el que aparecen los profesionales a continuación, y he facilitado los enlaces a sus páginas para quien quiera consultar o contactar con ellos directamente.
Juan Carlos González, Psicólogo, Psicopedagogo, Orientador Laboral y Experto en Coaching |
Mercedes Martínez Moreno, terapeuta y criminóloga desde 1985 y directora de MEDI-CINE
Lucía Cuevas Martin: licenciada en psicología clínica y de la salud, y especialista en Medicina psicosomática
¿En qué consiste la cine-terapia?
Juan Carlos: Bueno, supongo que cada profesional dependiendo del enfoque desde el que trabaje tendrá su propia definición, para mí, y de manera muy personal, la Cineterapia es el uso del cine y los medios audiovisuales en general, como recurso terapéutico, preventivo o didáctico en los ámbitos psicosocial y educativo.
Después de identificar el conflicto que tiene el paciente ya sea en una cita presencial a través de su relato o leyendo el formulario de las respuestas si ha hecho una consulta a través de la web (www.medi-cine.es) recomiendo ver primero películas que coincidan con la situación que esta viviendo (aunque parezca increíble está casi todo filmado) yo manejo un volumen de mas de 1000 películas que conozco bien y cubren muchos aspectos del ser humano en diferentes etapas de la vida. Luego las comentamos e identificamos las estrategias de los personajes para salir del conflicto o mantenerse en el.
¿Cómo se te ocurrió usar este método en terapias?
J.C.: Es muy habitual que en seminarios y cursos de todo ámbito, se utilice el visionado de algún fragmento de película, cortometraje o incluso anuncios publicitarios, para ejemplificar algún concepto. Y esto no es gratuito, los formadores experimentados saben muy bien que recurrir a la imagen, la trama, la música, el color y otros elementos fílmicos, permiten hacer llegar a comprender, inspirar y descargar emociones, sin excesivas dificultades.
Durante mis años como terapeuta en casos de problemas de transición de la adolescencia a la edad adulta, del dolor por la pérdida de seres queridos, adicciones o incluso en casos de abuso físico y mental en la infancia, me era muy frecuente, que me vinieran a la cabeza películas que había visto, en ocasiones relacionadas con la misma temática y en otras determinados fragmentos o diálogos que me recordaban alguno de esos casos terapéuticos. Me sorprendía a mí mismo cuando en una sala de cine, sacaba rápidamente un papel para apuntar alguna idea repentina que me acaba de proporcionar la proyección de dicha película.
Pero no era nada nuevo, durante mi propia vida y en las distintas etapas evolutivas desde mi infancia a la etapa adulta me sentí identificado con el personaje de una película, o reflexionaba sobre temas que se planteaban en la ficción de la pantalla. Creo que a todos nos ha pasado.
M.M.: Porque el canal visual suele ser muy efectivo
para conectar con el inconsciente y porque como amante del cine además de
terapeuta veía sin parar historias que me recordaban a mis pacientes y pensaba
que podría ayudarles ver su situación reflejada en la pantalla verse desde
afuera .
L.C.: Todo aquello que presente un soporte externo a la persona
desde dónde poder analizar cómo se posiciona ante el mundo, ante los demás,
ante un problema, es de gran enriquecimiento, ya que al verlo “desde fuera”
puede darse cuenta más fácilmente de qué factores pueden estar manteniendo el
problema, si la persona está favoreciendo su mantenimiento sin darse cuenta y
si hay otros factores que están influyendo y son imposibles de controlar.
Muchas veces intentamos controlarlo todo y eso es una gran fuente de
sufrimiento.
¿Crees que el cine puede cambiar la vida de las personas?
J.C.: Creo que fue el director de cine Ingmar Bergman quién llegó a decir que "Ningún arte traspasa nuestra consciencia y toca directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas, como lo hace el cine"
Un buen ejemplo lo encontramos en la psiconeuroinmunología, una especialidad que estudia cómo inciden las emociones en el sistema inmunológico y que defiende el humor como vía para mantener la salud.
En nuestra sociedad lo emocional no tiene mucha cabida y, aunque cada vez más se habla de inteligencia emocional desde que en 1995 Daniel Goleman publicara su bestseller “Inteligencia Emocional”, y hay más cursos y libros sobre el tema, es cierto que carecemos de suficientes recursos desde los que vivir situaciones que requieren sumergirnos en el mundo emocional. Las películas que por lo general ayudan a desactivar el neocórtex y ponen en funcionamiento directamente el sistema límbico pueden ser de gran ayuda. Por supuesto que el cine sirve como evasión, reflexión y recreo, pero creo que además puede aportar ayuda en ámbitos difíciles de nuestra vida. Como me explica mi colega psicóloga Desireé González sobre el ámbito de la psicooncología, “se trata de drenar tensiones emocionales empatizando con la historia de la otra persona”. Y por eso creo, que las historias de las películas se pueden utilizar como un recurso de desarrollo y superación personal.
M.M.: Sin duda puede hacer dar pasos en direcciones de
transformación profunda, depende de elegir bien el momento y la película.
Her (2013), una de las películas mencionadas en la entrevista para tratar las relaciones a distancia |
¿Es efectivo en todos los casos?
J.C.: Yo no conozco varitas mágicas. El uso de los medios audiovisuales como recurso es una gran caja de herramientas, dónde podemos encontrar terapeutas que desempeñan su rol profesional mediante el uso de la fotografía (delante y detrás de la cámara), o realizando videoterapia mediante el uso de los nuevos teléfonos inteligentes, o con la utilización de pequeñas obras maestras que son algunos anuncios publicitarios.
Lo que si creo es que en todos estos casos, la persona tiene que estar receptiva y abierta a la posibilidad de aprender de qué manera las películas afectan a la gente, y de tratar de verlas con atención. Esta práctica permite recurrir al cine para llegar a comprender, inspirar y descargar emociones. Este tipo de sensaciones ayudan a hacer cambios en las vidas de las personas y evolucionar.
M.M.: Por mi experiencia de más de 20 años como
herramienta de un proceso terapéutico es efectiva al 100% aunque no siempre es
resolutiva porque hay casos tremendamente complejos que requieren de más
intervenciones.
L.C.: No, hay que dejar muy claro que las películas son ficción y
no tienen que ver con nuestra realidad. Lo que sí es real, es si nos movilizan
los sistemas de identificación, nos hacen reflexionar, abren nuestra empatía,
somos capaces de representar diferentes roles en la vida real como ocurre en
las películas… PERO NUNCA ES UN TRATAMIENTO.
¿Se toma suficientemente en serio este tipo de terapia como un método más para ayudar a las personas que lo necesiten? ¿Y se toma en serio el cine como herramienta para concienciar a las personas?
J.C.: Probablemente, como ya comenté anteriormente, sí que muchos profesionales de diferentes ámbitos son conscientes de la poderosa herramienta que es el uso de las películas para ejemplificar o provocar algún tipo de reacción con las personas que trabajan, pero lamentablemente aún queda mucho camino por recorrer para disponer de una formación y capacitación adecuada en esta área, que de manera objetiva proporcione una metodología efectiva y atractiva para los profesionales de la Psicología o ciencias afines. Abrir camino es difícil, pero con un poco de ayuda, con aportaciones como las que se hacen desde Salvando al soldado Ryan. es mucho más agradable recorrerlo.
M.M.: Yo sí, mis pacientes también porque ven los
resultados. Creo que cada vez más que nunca por eso
prolifera el cine documental.
L.C.: Se están haciendo grandes avances e investigaciones
al respecto. En numerosos hospitales psiquiátricos se trabaja con Arte en el
sentido de crear, plasmar fuera de ti, el trabajo con un simple móvil ya
muestra la forma que tenemos de enfrentarnos al mundo, nuestros miedos, nuestras motivaciones, dónde ponemos el foco, si nos gusta pasar desapercibidos
o aceptamos sanamente nuestra propia imagen….
La Arteterepia lleva muchos años funcionando, no sólo con cine, por
medio de la escritura también se consiguen grandes avances en pacientes muy
rígidos.
¿Es una práctica más o menos extendida? ¿Hay público suficiente?
J.C.: Son pocas las universidades o entidades educativas que ofrecen algún tipo de formación al respecto, normalmente son iniciativas impulsadas por algún profesional que ha trabajado mucho e insistido para demostrar su utilidad. También es verdad que en muchas ocasiones las corrientes más “de moda” arrastran a jóvenes profesionales en busca de una metodología de trabajo que dé respuesta a su futuro laboral. La promoción y la difusión en medios siempre ayuda a llegar a un público más numeroso. Pero los pasos que se han dado en ese sentido, por lo menos los que yo conozco, han apasionado a sus estudiantes, por lo que, aunque sea un caminar lento sí creo que es con paso firme y seguro.
M.M.: No y es una pena porque es democrático
,ecológico, accesible a todo el mundo, si se ve en grupo genera empatía y
amplitud de criterio al escuchar después las diferentes visones de una misma
película.
Todo el que ve una película con la consigna de MEDI-CINE que implica un modo diferente de estar atento como espectador queda encantado y ya no puede dejar de ver el cine de esa manera.
Creo que como herramienta es poderosísima y debería extenderse más sobre todo a nivel preventivo usar el cine como una vía de educación emocional.
Todo el que ve una película con la consigna de MEDI-CINE que implica un modo diferente de estar atento como espectador queda encantado y ya no puede dejar de ver el cine de esa manera.
Creo que como herramienta es poderosísima y debería extenderse más sobre todo a nivel preventivo usar el cine como una vía de educación emocional.
L.C.: En mi experiencia siempre he tenido público, los Programas
de Cineterapia se llenaban, incluso
demasiado para poder trabajar más individualmente. Es una forma de trabajo exigente, no todo el
mundo quiere o puede implicarse, por ejemplo, una mala noticia que acabo de
recibir es que la Fundación María José Jove anula el programa de LA IMAGEN
FAMILIAR, no es una práctica muy extendida. Hay centros a los que les de miedo
y desde luego otras personas consideran que antidepresivos, ansiolíticos y
antipsicóticos son la solución de los problemas mentales. No es mi postura,
pero tampoco me parece incompatible.
¿Hay mucho estudio o investigación sobre este tema?
J.C.: La tradición americana nos lleva mucha ventaja, pero cada vez más aparecen en España libros de profesionales que junto a un listado de pruebas estandarizadas, incluyen un listado de películas de referencia. También es mucho más frecuente que aparezcan estudios o tesis doctorales centradas en Cineterapia. Soy muy optimista.
M.M.: No demasiado , actualmente escribo un manual
sobre el tema.
L.C.: Una muy buena profesional llamada Olga Rueda está terminando
su doctorado sobre la utilización de vídeos en terapia. Hay muchos estudios, en
centros penitenciarios se llevaron a cabo varias investigaciones, y ya hay máster en universidades sobre ArteTerapia.
Lo importante para mí es que la persona pueda dar forma a su
sensación, problema, dolor, miedo en cualquier tipo de soporte, (digital,
musical, papel, con las manos) y poder establecer un diálogo con lo construido
desde fuera de su cuerpo, ver la dimensión de la figura o imagen, dónde se
posiciona él, y si es posible “sublimar” crear una nueva obra que crezca de la
anterior más fuerte y revitalizante.
Pregunta obvia, ¿te gusta el cine?
J.C.: Ummm……creo que más que gustarme, es que forma parte de mí. Es como un brazo o una pierna más. Hemos ido creciendo y evolucionando juntos, y determinados diálogos de películas, escenas, bandas sonoras o fotografías, forman parte de mi propia historia personal.
L.C.: Me encanta el cine, fui guionista de televisión durante 5 años. En la actualidad escribo cuentos para adultos. Yo soy de las que ríe, llora y da buenos sustos disfrutando ante la gran pantalla.
¿Alguna película que recomendar de entre todas las que se puedan ver en una terapia de este tipo?
J.C.: Alguna?.....muchísimas!
Crash (2004), fragmento de la película |
L.C.: Sí, muchas. Por ejemplo: Her (2013), para las
nuevas formas de relación online que están surgiendo y en la que el cuerpo es
excluido, Take Shelter (2012) para que las personas comprendan qué es una enfermedad
mental grave y cómo la persona que la vive siente que el mundo exterior es muy
amenazante, En Compañía de lobos (1984);
explica muy bien los miedos y deseos del paso de la infancia a la adolescencia,
No tengas miedo (2011): sobre el abuso sexual, La caza (2012), Two Lovers (2012) y Esplendor en la
hierba (1961): sobre la idealización en el amor, Las zapatillas rojas (1948): sobre el miedo
al fracaso y la autoexigencia.
Hay muchísimas!!!
Mismamente Psicosis (1960) refleja los tres planos
psicoanalíticos perfectamente reflejados en la casa: el ático dónde cobra vida
una madre absorbente y tirana, la planta
calle donde entra en contacto con la realidad, con sus conflictos, y el sótano
a dónde finalmente baja el cadáver de la madre. Parecen corresponderse con el
Ello, yo y Superyo, pero es una interpretación mía, no se si el señor Hitchcock estaría pensando en esas cosas.
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Son preguntas que cualquier persona ajena al tema, querría saber, y me alegra poder aportar más información del tema, y si por supuesto, alguien cree que le puede ayudar como complemento a alguna terapia que ya esté haciendo o bien como método para iniciarla, y la conoce gracias a este post, me puedo sentir más que satisfecho. Agradeceré comentarios al respecto.
En el próximo post, seguimos y acabamos
Imagen cortesía de Hero |
XOXO SoldieRyan
11 comentarios
Vaya entrevista te has marcado. Unas preguntas y respuetas, que ayudan a entender un poco más todo lo que pasa al ver una peli. La verdad que el cine como terapia es uno de los mayores placeres que, al menos a mí, me sirven.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Éowyn,
EliminarMe alegro que te haya gustado el post. Me gustaría que se conociera más este tipo de terapia, ya que es cierto que las películas pueden ayudar más de lo que parece, a remover por dentro aquello que a veces no sabemos ni por qué nos emociona o nos toca la fibra.
Nos seguimos leyendo.
Saludos!
Gracias por interesarte. Un placer.
ResponderEliminarGracias a ti por colaborar Lucía, el placer es mutuo!
EliminarEn la película de 1972 'La naranja mecánica' de Stanley Kubrick basada en la novela de 1962 de Anthony Burguess, ya trataban el tema.
ResponderEliminarSe trata de un tipo sociópata, violento y amante de la música de Beethoven al que intentan "reconducir" utilizando un tratamiento psicológico basado en una mezcla de drogas y visionado de pelis violentas.
La película, no sé si la has visto, es una crítica feroz a nuestra querida sociedad distópica y a la psicología conductista. Como casi siempre, los autores de ciencia ficción eran unos tíos visionarios.
Ellos no le llaman 'cineterapia', le llaman 'Técnica de Ludovico' https://es.m.wikipedia.org/wiki/T%C3%A9cnica_de_Ludovico
El título es un juego de palabras que significa 'El hombre mecánico'. Si no la has visto, es de visión obligada para cinéfilos. No te destripo el final, pero es como esos padres que intentan 'curar' a su hijo gay llevándolo al loquero. Demencial y resultado 0.
Creo que es mucho mejor salirse de la norma a que intenten convertirte en un reloj despertador o en un 'replicante' (Blade Runner 1982. Ridley Scott)
Saludos
Hola Barbarella,
EliminarGracias por comentar :)
Conozco la película, he visto secuencias enteras y varias escenas, pero nunca he alcanzado a verla entera, tu recomendación me ha dado una excusa para verla.
En el caso del post que nos ocupa, no va tanto por adoctrinar, si no a través de una película (o varias) tratar un problema emocional o bloqueo que te impida avanzar, básicamente como terapia psicológica, pero acompañado de cine. A veces es sorprendente como una película puede emocionarnos, y el motivo suele ser, que o bien habla de emociones universales (de eso he hablado en otro post del blog: http://www.salvandoalsoldadoryan.com/2016/07/la-emocion-del-cine.html) o nos sentimos identificados con el personaje y su problemática, lo que nos da una pista entonces acerca de nosotros. A través de este método, se pretende liberar y soltar lastre. Como cinéfilo que soy, y además, que me gusta tratar el tema de la emoción en las películas, me parece una terapia muy interesante.
Saludos y nos seguimos leyendo!
Enhorabuena por el blog y por tu pasión.....y mil.gracias por la invitación!! Un.fuerte.abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por dedicar tiempo a este pequeño proyecto Juan Carlos, un abrazo!
EliminarGracias por compartir. Muy interesante. Si puedes ayúdame con el titulo de una película que pueda mirar un joven que atraviesa sus tratamientos de leucemia.
ResponderEliminarHola Ángel,
EliminarTe recomiendo que te pongas en contacto con cualquiera de los especialistas que he mencionado en la web. Si quieres más información o cómo contactar con ellos, pásame tu correo y te lo haré llegar.
Saludos!
Así a bote pronto, se me ocurre "Yo, él y Raquel", que trata sobre el tema, o "Bajo la misma estrella", trata sobre la adolescencia y el cáncer, no sé si es lo que buscas exactamente.
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