Cineterapia: segunda parte
Instante de la película francesa Intocable (2011), fue un éxito en todo el mundo |
¿Ya has leído mi último post? Te sitúo, en él se hablaba de cineterapia, que como su palabra indica, se trata de un terapia psicológica acompañada del visionado de películas. Pero mejor que yo, lo podían explicar expertos en la materia, y en el anterior post de Salvando al Soldado Ryan, tres expertos respondieron a las preguntas que les planteé. Como obtuve tan buena respuesta y tenía más entrevistas por publicar, esta es la segunda parte, con la opinión de dos expertos más, y al terminar, daré mi opinión de un tema tan interesante para cualquier persona y sobre todo, para cualquiera que sea amante del cine.
Para terminar el tema, este post dispone de la opinión de dos expertas en cine-terapia. Como en la entrada anterior sobre esta terapia, en el nombre pongo el enlace a sus respectivas páginas web, por si deseáis contactar con ellas para obtener más información del tema por vuestra cuenta:
Gabriela Lardiés, Psicóloga y terapeuta cognitivo-conductual |
Patricia Maguet, Psicóloga experta en soluciones para parejas y familias |
¿En qué consiste la cine-terapia?
Gabriela Lardies: Es la utilización y el disfrute de determinadas películas como herramienta entre sesiones, es disfrutar del cine para reflexionar, y por medio de empatizar con los personajes, sentir emociones con su contenido, fotografía, diálogos y reflexionar sobre ello, se generan cambios positivos en las personas.
A veces lloramos en una película lo que no logramos sentir ni sacar en nuestra vida real.
¿Cómo se te ocurrió usar este método en terapias?
Patrícia Maguet: Hace ya 20 años que trabajo como psicóloga con parejas y en mi caso utilizo la cine-terapia como un complemento dentro de la terapia de pareja.
Para ayudar a las parejas en crisis, he desarrollado una metodología propia que combina las sesiones presenciales en el despacho conmigo, con el trabajo que hace la pareja desde casa. Tenía mucho interés en que el material de trabajo tuviera un formato atractivo y multimedia. Así que buscando y buscando encontré el programa que habían puesto en marcha tanto la UCLA como la Universidad de Rochester de los Estados Unidos, y decidí incorporarlo.
G.L.: En la terapia que realizo con mis pacientes, la terapia cognitivo-conductual , ya utilizaba biblioterapia, que es la recomendación de ciertos libros, o capítulos de libros que de forma personal pueden ayudar al paciente. Por lo tanto comencé a hacerlo con el cine, el tiempo entre sesiones en la terapia cognitivo-conductual es muy importante puesto que el paciente utiliza los recursos aprendidos en terapia, utilizar en ese preciso momento el cine les otorga mucho más compromiso con la terapia y los cambios de actitud son más evidentes.
Revolutionary Road (2008), una película sobre la pareja |
P.M.: Creo que todo aquello que vemos en una película, nos ofrece un modelo que puede ser muy útil para darnos un nuevo enfoque en determinados momentos. Por ejemplo, si has vivido una infidelidad en tu relación y no encuentras salida, una película sobre el tema te puede ayudar. ¿De qué forma? Pues en el sentido de que puede ofrecerte una forma de ver, de entender, de afrontar y de resolver una situación así, que te puede ofrecer alternativas en la que ni siquiera habías pensado. Para mí es una buena forma de ensanchar la mirada, de encontrar inspiración para resolver los problemas de forma más creativa y con una mentalidad más abierta.
G.L.: Sí lo creo de la forma que he explicado como canalizador de emociones, descarga de sentimientos que muchas veces no sabemos como hacer, desarrolla la empatía desde niños, poniéndonos en el lugar de los personajes, incluso los valores se pueden aprender. Entrena el mindfulness (atención plena) y sirve como punto de reflexión vital, de cómo está nuestra vida y a dónde queremos llegar y como una evasión del estrés cotidiano muy positiva y sin efectos secundarios.
¿Es efectivo en todos los casos?
P.M.: Para mí es un recurso más y no tengo constancia de que haya estudios científicos sobre la efectividad de este tipo de enfoque.
Esto significa que a algunas personas les puede ser útil y a otras no. El interés por el lenguaje cinematográfico no es universal, pero aquellas personas que disfrutan del cine, se pueden beneficiar de este tipo de mirada.
G.L.: Depende de la persona y la actitud con la que se enfrenta, pero muchas veces aunque de entrada la actitud o la oposición sea negativa, es la película la que muchas veces consigue derribar muros.
¿Se toma suficientemente en serio este tipo de terapia como un método más para ayudar a las personas que lo necesiten?¿Y se toma en serio el cine como herramienta para concienciar a las personas?
P.M.: Pienso que los cineastas tienen muy claro que el cine es una vía para hacer llegar su visión y sus valores, para despertar emociones, para transmitir mensajes... Los relatos que antiguamente se transmitían por vía oral, hoy en día nos llegan a través del cine con mensajes que pueden tener un impacto muy alto. Por tanto es una vía que debemos considerar. De la misma manera, otras formas de expresión cultural como la ópera, la literatura, la escultura, la pintura... pueden ser un recurso útil como herramienta para los psicólogos.
G.L.: Definitivamente no, ojalá fuese así, sólo hay que ver los programas de televisión que triunfan hoy en día, o el tipo de películas, donde se enfatizan muchas veces todo lo contrario de lo que nos produce bienestar. El mundo al revés…
¿Es una práctica más o menos extendida? ¿Hay público suficiente?
G.L.: El cine en general es una catarsis de diferentes emociones, pero para el objetivo de lo que es la cine-terapia, muchas de las películas que aconsejo, ni siquiera están editadas o se estrenan en las salas, afortunadamente existe Internet.
¿Hay mucho estudio o investigación sobre este tema?
G.L.: Últimamente sí existe más, en diferentes problemáticas (relaciones de pareja, adolescentes, etc) existe evidencia empírica, a pesar de lo atrayente del tema y de que se ven los resultados positivos sin dudas es todavía el tema muy novedoso.
Pregunta obvia, ¿te gusta el cine?
P.M.: Sí, me gusta el cine y me encanta dejarme llevar por lo que está sucediendo en la pantalla. Me gustan especialmente las películas que me hacen sentir, que me ayudan a profundizar en la naturaleza humana y que me transmiten verdad. No soy muy amante del cine comercial con finales previsibles desde el primer segundo pero sí de los relatos que nos ayudan a ponernos en la piel de personajes que de entrada, quizás no nos parecen muy atractivos.
G.L.: Me apasiona el cine…
Los puentes de Madison (1998), película sobre la vejez y el amor |
P.M.: Me gustó mucho Chocolat (2001), Los puentes de Madison (1998), El cartero (y Pablo Neruda) (1994), 10.000 km (2014), Una habitación con vistas (1985), Love Story (1970), Brokeback Mountain (2006)... Hay tantas películas de amor que la lista sería infinita, pero aquí te dejo algunas de mis preferidas.
G.L.: Cito algunas películas que recomiendo en terapia y algunas que creo son muy positivas para el alma .
- El guerrero pacífico – Victor Salva. (2006) La importancia de la actitud
- En busca de la felicidad – Grabielle Muccino (2006) Resiliencia
- El club de los poetas muertos - Peter Weir (1989) Maravillosas reflexiones
- Revolutionary Road - Sam Mendes (2008) geniales los diálogos del que se suponía loco, la hipocresía de la sociedad y la importancia de ser uno mismo
- El cambio - Michael Joorgian (2009) fantástica
- Big Fish - Tim Burton(2003)
- American History X - Tony Kaye (1998) Educación en valores
- Intocable (2011) - Olivier Nakache, Eric Toledano.
- Cinema paradiso - Giuseppe Tornatore (1988) maravillosa película
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Hasta aquí las entrevistas. Creo que la cine-terapia enlaza perfectamente con el tema que se ha tratado en esta página en distintas ocasiones, el de la emoción del cine. Siempre hay alguna película, que por el motivo que sea logra emocionarnos, sea la emoción que sea, y suele ser que como bien se comenta en la entrevista, a través de alguna película, se toca un tema sensible que nos toca la fibra porque lo tenemos dentro, y no hemos parado o no hemos querido darnos cuenta que está ahí y vivimos de esa manera.
Es admirable saber escoger la película correcta para hacer "despertar" al paciente y hacerle consciente de su problemática emocional y/o mental. La facilidad que tiene una película para, a través de las imágenes y los diálogos, emocionar al espectador por pura conexión emocional o mental. Aquellas películas que emocionan a tantos espectadores, básicamente lo logran porque tocan emociones universales, aquellas que todo el mundo ha podido sentir alguna vez o varias en su vida, como el amor, de ahí que las películas románticas sea algo tan accesible para cualquiera que se haya enamorado al menos una vez.
Es encomiable la labor de estxs pionerxs que en España están intentando introducir en la terapia psicológica la cine-terapia, ya que lo mismo que hay personas para todo, también pueden existir métodos para todo el mundo, que sirvan para poder ayudar a aquella persona que no es capaz de abrirse, y quién sabe, gracias a ver una película, consiga hacerle sacar al exterior todos aquellos complejos y traumas que uno prefiere mantener guardados y ocultos a la vista de los demás, aparentando estar bien cuando en realidad no es así. Básicamente lo que se busca es ayudar al paciente a vivir mejor. Eso de por sí, ya es encomiable.
Me sumo desde mi blog a contribuir a la difusión de la cine-terapia, así que si este post ya sirve para que alguien la conozca y crea que puede ayudar a quién sea, me sentiré más que orgulloso de haber tenido la iniciativa de escribir sobre el tema.
Hoy más que nunca, cine y emoción de la mano para vivir más libres.
El club de los poetas muertos (1989), clásico protagonizado por Robin Williams |
XOXO SoldieRyan
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