El cine te empuja a la historia
¿Cuántas veces has visto una película basada en un episodio histórico, y al terminar has querido informarte y saber más? Seguro que muchas. Cine e historia van más ligados de lo que parece, y de hecho se retroalimentan. La humanidad ha tenido momentos a lo largo de todos los años que el hombre ha pisado la tierra dignos de ser recordados, y también muy inspiradores. Famosa es aquella frase bigger than life, "más grande que la vida" sería su traducción. Y durante los últimos cien años (o más), el cine ha tenido la necesidad de representar muchos episodios históricos en celuloide. Realmente, hay películas que te pueden cambiar la vida, pero si además están basadas en algo real, es todavía más fuerte el sentimiento de empatía. Así que, ¿cuándo el cine empuja a aprender historia?
Se puede afirmar -y seguro que no soy el único que tiene esta idea en la cabeza- que el cine anima a aprender historia. Hay películas muy interesantes y muy didácticas que recrean una época determinada de la historia de la humanidad, y por el motivo que sea se convierten en un boom cultural en ese momento. No hay más que empezar por esas películas bíblicas de principios de siglo XX, que si bien quizás no eran las más inspiradoras, pretendían representar épocas pasadas. El cine es la manera perfecta para hacernos soñar y viajar a otros momentos de nuestra historia sin tener que levantarse de la butaca, esa es parte de la magia y de las oportunidades que brinda el séptimo arte.
Y siguiendo con el transcurso de los años, ha habido multitud de películas que han pretendido representar un instante de la historia, o simplemente un personaje real. Cómo se comentaba más arriba, si además esa película en cuestión se convierte en un hit del momento, muchas personas se interesan por ese episodio histórico o el contexto en el que se basa dicha película. Me vienen a la cabeza algunos de los ejemplos más recientes del péplum (género histórico por excelencia), como Gladiator (2000) o Braveheart (1995) -recientes por ser de los 90-.
En el caso de la película de Ridley Scott, Gladiator está ambientada en lo que se conoce como Edad Antigua, y más concretamente en la época romana, cuando el Imperio dominaba casi toda Europa y parte de África y Asia. Al terminar de ver esa película, sientes unas ganas irrefrenables de aprender más de Marco Aurelio, Cómodo y los gladiadores romanos, y aunque la historia que cuenta es en gran parte ficción, hay un trasfondo sobre el que se basa que es completamente cierto. Aprendes sobre Roma y sobre historia antigua, porque lees y te informas, si tienes un mínimo de interés al terminar una película así.Y siguiendo con el transcurso de los años, ha habido multitud de películas que han pretendido representar un instante de la historia, o simplemente un personaje real. Cómo se comentaba más arriba, si además esa película en cuestión se convierte en un hit del momento, muchas personas se interesan por ese episodio histórico o el contexto en el que se basa dicha película. Me vienen a la cabeza algunos de los ejemplos más recientes del péplum (género histórico por excelencia), como Gladiator (2000) o Braveheart (1995) -recientes por ser de los 90-.
Y si hablamos de la película que dirigió y protagonizó Mel Gibson, Braveheart supuso una repentina fiebre por el personaje del rebelde escocés William Wallace, y todo lo que rodeaba a la Escocia medieval. También es una época muy interesante, ignorando que algunos hechos que se narran sean inventados o exagerados dramáticamente, es una manera muy práctica de aprender acerca de la vida de un personaje histórico de una cierta importancia.
Mel Gibson interpretando a William Wallace al frente de los rebeldes escoceses en Braveheart (1995) |
El cine bélico, que Hollywood se ha empeñado en hacer desde que la Segunda Guerra Mundial era contemporánea en algunas películas pioneras de la época, también es un claro ejemplo. Estoy seguro que prácticamente todos los episodios que marcaron la Guerra se han narrado en una película de una manera directa o indirecta. Desde el mítico desembarco de Normandía en el espectacular arranque de Salvar al soldado Ryan (1998), a la famosa fotografía de la batalla de Iwo Jima en Banderas de nuestros padres (2006), de Clint Eastwood. El frente oriental, el frente europeo, la guerra contra los japoneses, los alemanes o los italianos... Y ahora llega Christopher Nolan también con Dunkerke, un episodio que no tenía una adaptación a la altura hasta la fecha, al menos de primer oden.
Prácticamente se podrían utilizar películas para narrar la Segunda Guerra Mundial, y si no, también con alguna serie como Hermanos de Sangre (2001) o The Pacific (2010), ambas surgidas a raíz de Salvar al soldado Ryan y auspiciadas por Spielberg y Tom Hanks.
Salvar al soldado Ryan (1998) una de las mejores películas bélicas de la historia |
Después está el caso de los biopics, o sea, las que son biográficas y narran los principales hechos de la vida de personajes que han marcado un hito en la historia. Desde Gandhi (1982) a Michael Collins (1996), todas las aproximaciones sirven para aprender. ¿En qué escuela no han puesto Amadeus (1985) para narrar la vida de Mozart? O El nombre de la rosa (1986) para explicar cómo vivían los monjes escribanos en la Edad Media. Algunas forman parte ya del programa didáctico y educativo de muchos centros, siguiendo el ejemplo de "una imagen vale más que mil palabras". Es más fácil interesarse por algo que a priori a muchos adultos y sobre todo niños, les parece aburrido, si se lo cuentan de una manera entretenida, que tras párrafos y párrafos de información y datos que muchas veces cuesta memorizar sin comprender. Gracias a las películas, logra comprenderse mucha de esa información.
Encomiable es el ejemplo en España de la serie El Ministerio del Tiempo, una obra de ficción que en cada capítulo cuenta un momento histórico crucial distinto, y que al mismo tiempo de entretener -principal función- sirve para aprender un poco de la historia de este país de una manera divertida.
Una escena de El ministerio del tiempo, genial capítulo donde viajan a la España de Franco |
Pero yo no quiero hablar únicamente de ejemplos, si no más bien de emociones y sentimientos. Una película basada en una historia y/o personaje real, logra tocar la empatía del espectador porque de alguna manera sabes que eso ha sido posible en el pasado, que las personas somos capaces de lograr grandes cosas. Normalmente si va acompañado de un momento dramático en la vida de esas personas reales, o que han vivido un episodio muy duro, es todavía más sencillo interesar al espectador. Esa fuerza que tienen algunas historias para una vez terminada la película, dejarte enganchado y con ganas de más, o directamente inspirarte a seguir su ejemplo, o querer saber más acerca de la historia.
Tiene mucho valor que una narración logre transigir los límites en los que está, para meterse en la cabeza de alguien y en su tiempo libre, lograr que lo dedique a la investigación y profundizar en el tema. Eso es porque el trabajo se ha hecho bien si se llega a ese punto. Conseguir que una película basada en una historia real emocione o inspire, y que no sea aburrida, es todo un mérito. Y desde luego me parece una manera muy válida de querer aprender historia.
Hay episodios y personajes históricos que a cualquiera que los conozca, le resultarán inspiradores, ya sean más épicos o menos épicos. Pero esas grandes historias que en realidad no son más que vidas de personas como nosotros, son importantes de tener en cuenta para saber hasta dónde podemos llegar.
Es una suerte que haya películas que tengan esa fuerza para cambiarte la vida una vez después de verlas, porque tomas conciencia del poder del ser humano para lograr grandes cosas, o bien para aprender y no repetir los errores del pasado.
Liam Neeson interpretando a Michael Collins (1996), película sobre el líder irlandés |
Puede parecer una tontería, pero el género histórico es uno de los más importantes en el cine, y desde luego así tiene que seguir siendo. Si por cada película histórica diez personas deciden emprender por su cuenta un aprendizaje sobre ese tema, o bien dedicarse enteramente a eso, es decir, tener la facultad de cambiarle la vida a una persona, es más que suficiente premio para los responsables. Hay multitud de ejemplos, pero yo recuerdo uno que me pasó a mi, con la película que dirigió Neil Jordan en su momento, basada en la vida de Michael Collins, el famoso líder norirlandés y fundador del IRA, una pieza clave en el conflicto de Irlanda, que fue interpretado en una película homónima por un impresionante Liam Neeson. Me interesé por el tema y además estuve viendo otras películas sobre esa temática (La sombra del diablo (1997) o The Boxer (1996) entre otras), con lo cuál uno se termina empapando de algo que en principio, en los libros de historia se toca por encima.
No en vano una de las películas que más me ha marcado en la vida ha sido Alejandro Magno (2004), la inspiradora vida del rey macedonio, como ya comenté es uno de mis placeres culpables.
No en vano una de las películas que más me ha marcado en la vida ha sido Alejandro Magno (2004), la inspiradora vida del rey macedonio, como ya comenté es uno de mis placeres culpables.
Esa capacidad para cambiarle la vida, aunque sea momentáneamente a una persona, es una de las maravillas del cine histórico. Un ejemplo del que hablé recientemente fue Z, la ciudad perdida, y aunque quizás la película no fuera redonda, si que contiene una historia real lo bastante potente, como para una vez terminada, tengas ganas de informarte más sobre la vida del explorador en el que se basa. Me parece muy interesante la fuerza que logran transmitir esas historias para empujarte a la investigación o al estudio, o simplemente a la afición de aprender más sobre ese tema. Gracias al cine, te educas, que más se puede pedir.
En fin, el cine histórico es un género en sí mismo, básicamente porque hay tal cantidad de cosas a contar, que pueden inspirar a cualquiera con una historia bien escogida y unos personajes trabajados.
En fin, el cine histórico es un género en sí mismo, básicamente porque hay tal cantidad de cosas a contar, que pueden inspirar a cualquiera con una historia bien escogida y unos personajes trabajados.
Larga vida al cine histórico.
Y a ti, ¿te ha pasado alguna vez?
XOXO SoldieRyan
2 comentarios
Hola Adonai,
ResponderEliminarTuve un profesor de historia donde explicaba de maravilla cada hecho histórico como si fuera una película. Los filmes que nombras me gutaron mucho y aunque tengan algún fallo que otro al relatar cómo sucerdioron los acontecimientos, están logradas.
La verdad es que atrae saber más de cada pesonaje.
¡Saludos!
Hola!
EliminarQue ilusión verte por aquí de nuevo. Pues es muy interesante esa manera que tienen las películas históricas de atraerte sobre lo que te están contando, y que tengas ganas de saber más. Eso se debe a que están bien elaboradas, sobre todo, si no no interesarían demasiado una vez terminadas... Profes así, se disfrutan ;)
Saludos!