Críticas con emoción, Tierra firme

by - noviembre 15, 2017

David Verdaguer, Oona Chaplin y Natalie Tena protagonistas de Tierra Firme

Tierra firme es la película sobre las relaciones para la generación milennial. Una visión diferente sobre las películas románticas, que incluyen temas que normalmente en el cine más comercial (que suele ser el más convencional) no se incluyen. Porque sí, existen historias de amor en la vida real con parejas del mismo sexo como protagonistas, y hasta es posible que quieran ser padres -o madres-, están en todo su derecho. Y también hablamos de una generación que para buscasrse la vida han tenido que emigrar, que buscar trabajo en cualquier parte del mundo menos en su hogar, porque los cuentos que vendían los políticos y los padres sobre terminar de estudiar y empezar a trabajar no eran tal. Por eso quería escribir en la sección de Críticas con emoción sobre Tierra Firme, que habla de eso y mucho más.

Si uno ha seguido con un poco de atención la carrera del director de Tierra FirmeCarlos Marques-Marcet, se puede adivinar con facilidad que le interesa retratar las relaciones personales pero las más humanas, no aquellas que se suelen ver en todas las películas románticas al uso que se han vendido, y es de agradecer. Su anterior película fue 10.000 KM (2014) y precisamente tocaba de un modo bastante real las relaciones a distancia, que también existen. Pues ahora ha aglutinado diversas temáticas en una sola película, y el resultado es excepcional. Ha aprovechado para contar con parte de su equipo de actores habituales, ya que tenemos a Natalie Tena y David Verdaguer que repiten de la anterior ocasión, y a Oona Chaplin como la otra parte del triángulo.




El argumento de Tierra Firme es bastante simple a priori:

Kat y Eva son una pareja lesbiana vive en un barco que está atracado en el río de una localidad inglesa. Eva quiere ser madre y Kat no parece estar muy por la labor, pero todo se precipitará con la llegada de Roger, el mejor amigo de Kat. 

Tierra Firme habla de muchas cosas, pero sobre todo del amor. Del amor entre una pareja, del amor entre amigos, el amor de una hija a su madre, y viceversa, y el amor cómo motor para tomar decisiones y ser valientes. De algo muy humano en resumen. Y además, se atreve a hablar de la responsabilidad, la honestidad hacia uno mismo y para con los demás y la madurez. Es sencillo identificarse con los personajes, porque las situaciones que se narran en la película pueden parecerle familiares a más de uno, demasiado familiares.

Natalie Tena y David Verdaguer en un momento de la película Tierra Firme (2017)
Natalie Tena y David Verdaguer en un momento de la película Tierra Firme (2017)

Muchas veces se vende sólo la parte bonita de estar en pareja, todo eso que aparece en las fotos de las múltiples redes sociales a las que tenemos acceso, y es muy simbólico que durante la película no aparece ni un sólo móvil. Pero normalmente se olvidan de contar que a veces, las parejas no quieren las mismas cosas, da igual que se quieran mucho. Tierra Firme empieza en un momento en el que la relación entre ambas protagonistas parece que pasa por una buena racha, y vas viendo la evolución de estas dos chicas, cada una con su manera de ser y sus preocupaciones, pero que están unidas por el fuerte amor que se profesan. Me resulta interesante que sea una relación mucho más sana que las que normalmente nos cuentan otras películas de cuentos de hadas y príncipes azules. 

Pero el director se atreve mostrando la cara más amarga de las relaciones, esa en la que los azares de la vida, a veces, impide que los miembros de la pareja quieran lo mismo. La paternidad parece ser un tabú, ya que en las películas y otras historias de ficción los dos miembros de la pareja quieren ser padres, no existen las brechas en este punto. Pues Tierra Firme las muestra y las cuenta, y además representa de una manera bastante humana el hecho de tomar decisiones sin ser conscientes de las consecuencias. La facilidad con la que decimos "Sí", tan sólo por contentar a los demás, aunque luego nuestros hechos indiquen un "No".
El trío protagonista en el interior del barco dónde vive la pareja formada por Kat (Natalie Tena) y Eva (Oona Chaplin)
El trío protagonista en el interior del barco dónde vive la pareja formada por Kat (Natalie Tena) y Eva (Oona Chaplin)
Realmente la honestidad es algo muy difícil de asumir algunas veces. Ser sincero contigo mismo puede suponer un ejercicio doloroso, darte cuenta que lo que quieres tú, no es lo que quiere la persona que tienes al lado, esa que tanto quieres. Y da igual que te sientas fabulosamente a su lado, porque no estar de acuerdo en una cuestión tan importante como ser padre o madre puede suponer un desastre en una relación. 

Un tema tan peliagudo, por el conflicto emocional que plantea Tierra Firme, como es el de la maternidad en una pareja lesbiana. ¿Tiene o no derecho el donante, a querer ser el padre del bebé que nazca? ¿Es injusto que se le aparte porque únicamente quieren ejercer como figuras maternas (o paternas) la pareja que decide tener al recién nacido? La vida pone cuestiones delante que no asumimos realmente en el grado que tienen, o las consecuencias que traerán. Normalmente te das cuenta tarde, y eso pasa en Tierra Firme. Reacciones muy humanas que hacen que sientas a los personajes casi como amigos, como personas cercanas.

Y no se olvida de criticar cierto estilo de vida heredado. En la película aparece Geraldine Chaplin, que es la madre de Oona Chaplin precisamente, tanto en la ficción como en la vida real. En una divertida cena "familiar", donde están todos presentes, Natalie Tena le reprocha a Geraldine lo cobardes que fueron durante la generación hippy. Desde la superficialidad del movimiento al poco efecto práctico que ha tenido para la sociedad todas las ideas alrededor de "haz el amor y no la guerra" como la excusa para huir de unos problemas que en realidad, siguen estando a día de hoy en la vida, y que la generación actual, los milennials, tienen que vivir y lidiar con ellos.

Roger (David Verdaguer) con Kat (Natalie Tena) y Eva (Oona Chaplin)
Los tres protagonistas sobre el barco

Tampoco pasa por alto la situación en la que viven Kat y Eva, un barco. ¿Hay algo más inestable que vivir en un barco? Bien por lo que representa en cuanto a tierra firme y estabilidad (de ahí el título de la película seguramente), es decir ninguna, o bien por lo que implica la posibilidad de estar navegando sin un lugar fijo dónde pararse y vivir. Un reflejo bastante fiel de cómo se han tenido que buscar la vida muchos jóvenes emigrando a buscar trabajo.

Por eso, por la valentía y la honestidad con la que afronta temas muy dolorosos, porque las relaciones y el amor pueden serlo, Tierra Firme es una película fantástica. Y lo es también porque a pesar de contarlo con una naturalidad atroz, no se olvida de la comedia, de esos pequeños momentos de la vida que aunque lo que haga aprender sean los chascos, los desengaños y los golpes, lo que de verdad hace que merezca la pena vivir y equivocarse son las risas que te puedes echar cuando te acuerdas. 

Por la generación milennial.

XOXO SoldieRyan

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2 comentarios

  1. Me gusta, sobre todo, eso que comentas de que se mete en la relación pero de verdad, indagando en aspectos fuera del convencionalismo, esos que después son los que nos pasan a todos y nos vemos sin referentes. Cuando lo real es tocado por la buena ficción se produce un «algo» que nos hace conectar con la verdad. Veré la película, gracias por la crítica

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    1. Hola Victorcio,
      Gracias por comentar, no todos los días se reciben comentarios de un peota de verdad. Desde luego lo que me sorprendió fue lo directa que me golpeó tratando ciertos temas que a veces, hemos vivido o tenemos ahí dentro y te terminan por sacar a flote.
      Gran trabajo de los actores y del director por el acercamiento, 100% recomendable!

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