Conectar con las emociones gracias a la cultura pop
Tardé años en entender lo que significaba la "cultura pop". De pequeño, era un término que para mí sonaba a algo clandestino, y al final, nada más lejos de la realidad. Precisamente es lo opuesto: todo aquello que pertenece a la cultura popular: música, libros, cómics, y como no, el cine. ¿Que quieres quedar bien con un amigo al que le guste la cultura pop? Pues le compras regalos frikis y él tan contento. Son infinitos los iconos que han salido cinematográficamente: los Funkopops de Juego de Tronos, camisetas del Joker, calcetines de Star Wars, mochilas del Capitán América... La lista es interminable. ¿Pero qué tienen estos elementos icónicos que nos siguen encantando?
Por qué nos enamoramos de la cultura pop
La nostalgia de los 80 nos ha jugado malas pasadas, y eso que yo soy más de los 90, una década todavía poco explotada en el cine. Si acaso, me viene a la mente algún blockbuster reciente como Capitana Marvel (2019) que estaba ambientada en esa época, y poco más. Toda película que se estrena y tiene una ambientación o un espíritu ochentero, últimamente parece ser un éxito. Tal vez el caso más evidente sea el de la serie Stranger Things, que lo petó en Netflix y que llevan ya cuatro temporadas. Quizás supo combinar bien sus cartas: esa nostalgia de los 80, protagonistas que son chavales, ciencia ficción, etc. Un batiburrillo de elementos perfecto en cualquier caso.
Sea como sea, la cultura pop forma parte de nuestra vida. De pequeños tenemos iconos que para nosotros ya son especiales. Esos personajes de las primeras películas que veíamos o de los primeros cómics que leíamos y que pasan a nuestra memoria. Por eso probablemente nos haga tanta gracia tener camisetas de nuestros personajes favoritos, porque nos enorgullece lucirlas, aunque en algunos casos puedan parecer hasta logotipos de marcas multinacionales (el logo de Batman, por ejemplo).
En cualquier caso, estamos contentos de identificarnos con esos elementos, aunque no seamos ni mucho menos los únicos y de ahí su segundo gran poder: los símbolos colectivos.
La pertenencia al grupo
Es precisamente este sentimiento de pertenencia, algo por cierto muy humano, lo que nos une todavía más a estos elementos tan icónicos. No son solo nuestros, aunque los sentimos muy nuestros, pero todo el mundo -o casi- conoce a Rocky Balboa, a Superman o al maestro Yoda, son prácticamente universales.
Esta fuerza que les da como iconos, nos hace empatizar con todo aquel que le gusta lo mismo que a nosotros, precisamente porque nos vemos parecidos y que formamos parte de un colectivo. No hay más que ver que existe un Día de Star Wars (4 de mayo) y todo el mundo comparte contenido de esta saga cinematográfica.
La cultura pop nos permite hacer amigos, y nos permite sentirnos conectados con aquellos que son afines a nuestros mitos, nos permite debatir y nos permite defender lo que para nosotros es inamovible: nuestros personajes y/u obras favoritos/as son los mejores, y no hay más que hablar. Una persona que adora Star Wars podría pasarse horas defendiendo la saga o convencer a todos sus amigos para que terminen viendo las películas en una maratón.
Forma parte de nosotros
En resumen y sin querer extenderme mucho más, la verdad es que me parece un movimiento apasionante, y del que evidentemente me considero que formo parte. Yo también tengo mis iconos a nivel cinematográfico, que pueden ser principalmente súperhéroes o los Transformers (peores películas, mejores juguetes). Pero aún siendo consciente de que tal vez la calidad de las películas inspiradas en estos juguetes de Hasbro no sea la mejor, no me pierdo una cuando la estrenan en el cine.
No es casualidad que los mayores taquillazos del cine de los últimos años provengan de películas de personajes que ya forman parte de la cultura pop, como pueden ser todas las películas de Marvel o de otros personajes de cómics, y que levantan tanta expectación. Me viene a la memoria el ejemplo de la genial Zack Snyder's Justice League (2021) estrenada finalmente tras años de presiones de los fans y el famoso #ReleaseTheSnyderCut. Una muestra perfecta de la presión de los fans que aman a sus personajes de la cultura pop (Batman, Wonder Woman, Superman...).
Evidentemente me he centrado en el cine porque esta página va de eso, de cine, pero desde luego la música pop también es otro fenómeno brutal y digno de estudio.
Aunque pueda parecer muy mainstream por ser algo que podría llamarse "cultura de masas", no siempre es necesario considerarse un outsider o no disfrutar de algo porque sea muy popular. Creo que es perfectamente disfrutable dentro del contexto que tienen estas películas, y nadie les pide calidad, se les pide emoción y cariño por unos personajes que forman parte de nuestra vida.