Ya se acabaron las fiestas, o casi. Los últimos coletazos de estos días que nos han dejado a muchos maltrechos, necesitados de más paz y más amor (que se lo digan a Artur Mas) aún pesan en nuestros corazones. Pero la realidad llama a la puerta y toca hacer cargo de conciencia. Lo mismo se puede decir con el exitosísimo episodio VII de Star Wars, El despertar de la fuerza. Después de batir todos los récords habidos y por haber, y de generar una gran división de opiniones, se ha convertido en la película del año habiéndose estrenado apenas a finales del mismo. Voy a hablar con conocimiento de causa esta vez, y comentar lo que me ha parecido a mi -por si a alguien le importa- este nuevo episodio de la saga galáctica, el primero de la era Disney. Debo decir que George Lucas ya se está arrepintiendo. Igual hay que escucharle.
Siempre es complicado empezar algo. En este caso hablamos de un blog. Estuve dándole unas pocas vueltas a con qué entrada debería empezar a escribir, pero cómo nunca te parece bien ningún tema, decidí usar mi limitada inteligencia. Aprovechando un poco el tirón que ha tenido el estreno de Star Wars Episodio VII: el despertar de la fuerza (no hay título más largo)me parece apropiado hablar de un tema que empieza a aparecer en los sumideros de los aficionados al cine, y ya que al fin y al cabo, esto va de cine, le vi bastante sentido. ¿Qué es el fanservice? Pues tendrás que seguir leyendo.
Mi peculiar nombre es Adonai (no es broma) nací en el 87 y casi residente en la moderna Barcelona, donde entre referéndum e independencia intento sobrevivir. Autor, por ponerme trascendental. No me dedico a esto del cine pero me siento con derecho a escribir sobre ello. Aficionado al séptimo arte y a otras muchas cosas. Gracias por entrar en un rinconcito de mi.