Porque no solo de Coco (2017) vive México. Hablando de la aceptación y otros temas, el cine tiene mucho poder para conseguir este mensaje. Pequeña Miss Sunshine (2006), película de la que ya he hablado en algunas ocasiones, es sólo un ejemplo perfecto. La homosexualidad, por desgracia, todavía sigue siendo en algunas circunstancias, un problema, y es una pena. Por eso es tan positivo conocer otras realidades donde precisamente el cine, sirve de ayuda a normalizar algunas situaciones. Navegando por internet, podemos encontrar interesantes propuesta del género de cine gay hecho en México; algunas de ellas, por suerte se pueden ver online de forma gratuita. Aquí cito 5 películas de cine gay méxicano independiente.
El cine como herramienta terapéutica. Seguro que muchos se preguntarán cómo puede el cine mejorarte la vida, más allá de hacerte pasar un buen rato con unas risas gracias a una comedia, o disfrutar como un enano con una exagerada película de acción protagonizada por The Rock. Se ha hablado en multitud de ocasiones de este asunto en el blog, y la verdad es que pocas veces se ha puesto un ejemplo práctico. Esta entrada pretende poner solución a esto, ya que navegando por internet, he encontrado información sobre filmoterapia aplicada con ejemplos prácticos. Con permiso de la responsable de una de estas iniciativas, voy a plasmar en diferentes escenas de películas variadas, cómo estas pueden servir para despertar conciencias o autoconocerse. Toda una aventura.
Hay veces que aunque una película tenga una evidente carga sentimental, o que sea muy sencilla en la exposición de esos hechos, funciona. Wonder (2017) es el ejemplo perfecto. Película basada en un best-seller de éxito, con todos los ingredientes para emocionar al espectador. Ya he hablado en otras ocasiones de la manipulación emocional del cine, pero es que a veces, todos queremos que saquen lo mejor de nosotros, o aunque sepamos que la vida real no es así, a todos nos apetece creer que las buenas personas, a veces, merecen lo mejor.
Llevo unos cuantos posts un tanto intensos, aprovechando lo mucho que da de sí el cine. Hoy me apetece ponerme un poco menos trascendental, y tirar de una sección que siempre está bien. Ligereza y gustos, simplemente. Todos tenemos placeres culpables en cualquier tipo de afición, y en el cine por supuesto, estos placeres son de lo más variopintos. En este caso, toca defender una película que mucho tildan de sobrevalorada: Gladiator (2001), de Ridley Scott.
El título de esta entrada es curioso, pero es que quiero hablar justo de eso. Normalmente las películas están protagonizadas por personajes que son únicamente un dechado de virtudes. Pero los seres humanos no somos sólo eso, no somos sólo rasgos positivos. Está claro que no todo es blanco o negro, no eres sólo malo o bueno, hay una zona gris en la que nos movemos todos, y es que no somos perfectos. Por eso, tener una película protagonizada por un personaje que, a priori, nos resulta desagradable, es interesante. Es el caso de Blue Jasmine (2013), dirigida por el ahora tan criticado -por asuntos ajenos a su cine- Woody Allen. ¿Quién es el personaje en cuestión? Toca seguir leyendo.
Mi peculiar nombre es Adonai (no es broma) nací en el 87 y casi residente en la moderna Barcelona, donde entre referéndum e independencia intento sobrevivir. Autor, por ponerme trascendental. No me dedico a esto del cine pero me siento con derecho a escribir sobre ello. Aficionado al séptimo arte y a otras muchas cosas. Gracias por entrar en un rinconcito de mi.