Podría jugar con cuarenta títulos distintos para la entrada, y que todos ellos incluyeran a Leonardo DiCaprio como principal reclamo, pero no, he querido ser más obvio. Retomo aquella promesa que hice, un par de entradas atrás (no me he olvidado) y hoy voy a tratar esta categoría, la del mejor actor del año 2016. Es una de las categorías más interesantes, en mi opinión, y aunque tengo un claro favorito que pronosticaré al final de la entrada, está bastante competida y sobretodo, hay más talento aquí que en todos los 4 años de gobierno del PP. Vamos a ver que tengo que contar, que a lo mejor no os importa, pero me gusta pensar que sí.

Cartel en japonés de la película (Tales from Earthsea en inglés)

Me encanta cuando el propio nombre de la película es suficientemente épico, cómo para que no necesite pensar ningún titular interesante para una entrada. No os engañaré, esta película vino a mi -o yo a ella- revisando el listado de películas de Studio Ghibli, y esta, me llamó la atención. Tras algunas entradas chupándole el culo a Leo DiCaprio (soy muy fan de él, no de chupar el culo) y sobando el tema de Star Wars para ganarme haters, me estreno en críticas ajenas a cualquier conflicto. Probablemente no voy a ganarme tanto odio ni resentimiento, pero oye, eso de echar bilis por la boca también puede resultar tóxico. Así que me pongo un poco más moñas, y comentaré una peli de animación.

"Por el mejor antagonista al que nos hemos podido enfrentar"

Todavía me duele. Perder a alguien de la talla de Alan Rickman siempre duele. El actor, mítico como Severus Snape en la saga Harry Potter o el malvado Hans Gruber de Jungla de Cristal, era un clásico del cine, de los buenos, británico de pura cepa. Sin embargo, esta semana ha sido un no parar. Tanto a nivel personal para mí, como de noticias del mundillo. El 2016 ha empezado fuerte, y apenas ha habido tiempo para reaccionar. Llevamos medio mes de enero apenas, y ya se nos han ido David Bowie y el gran Alan Rickman. Por el camino se han entregado los Globos de Oro y se han anunciado los nominados de la 88ª Edición de los premios de la Academia de Hollywood, más conocidos cómo los Oscar. Polémicas aparte, desde aquí me quiero alzar cómo defensor del derecho de Leonardo DiCaprio a llevarse un Oscar por fin. ¿Pasamos a ver quienes son l@s afortunad@s? Yo no voy a ganar nada, pero mira, me voy a hacer el entendido del tema hablando de ello.

Y llegó el día. El mismo día en que David Bowie nos ha dejado. Seguro que pocos saben que el director Duncan Jones (que dirige la futura World of Warcraft) es el hijo del cantante, quien por cierto, le ha dedicado una entrañable imagen en su cuenta de Twitter, anda que no molaría tener un padre así. Una pena, la música pierde a un grande muy ligado al mundo del cine.

Ya se acabaron las fiestas, o casi. Los últimos coletazos de estos días que nos han dejado a muchos maltrechos, necesitados de más paz y más amor (que se lo digan a Artur Mas) aún pesan en nuestros corazones. Pero la realidad llama a la puerta y toca hacer cargo de conciencia. Lo mismo se puede decir con el exitosísimo episodio VII de Star Wars, El despertar de la fuerza. Después de batir todos los récords habidos y por haber, y de generar una gran división de opiniones, se ha convertido en la película del año habiéndose estrenado apenas a finales del mismo. Voy a hablar con conocimiento de causa esta vez, y comentar lo que me ha parecido a mi -por si a alguien le importa- este nuevo episodio de la saga galáctica, el primero de la era Disney. Debo decir que George Lucas ya se está arrepintiendo. Igual hay que escucharle.